Documental

Salvemos el río Renaico

Documental

En la película escuchamos los testimonios de Carmen Gloria Morales, de la tía Panchita y de Adolfo, ellos son habitantes de Renaico que tienen una conexión especial con el río. Además, el colectivo «Salvemos el río Renaico» nos cuenta en el documental sobre sus diversos proyectos con la comunidad y presentan la investigación que llevaron a cabo durante dos años sobre las causas de la sequía del río. El documental fue realizado el año 2016.

El objetivo de la película es informar a las vecinas y vecinos de Renaico sobre las diversas causas de la baja del caudal. Además de recordarles la relación afectiva que les une al río, con el fin de que se comprometan en su cuidado y defensa.

Cámara y edición: Miguel Rozas – Fotografía: Pablo Ocqueteau – Música: «Soy culpable»  Autor: Weychan feat RIGO,  Letra: Mauricio Gutierrez  Pista: Rodrigo Prado – 2016

Botellas con mensajes

Botellas con mensajes

acción colectiva por el río 

Los vecinos de Renaico escribieron mensajes dedicados al río. Algunos mensajes fueron introducidos dentro de botellas plásticas PET y otros pegados sobre ellas. Luego se colgaron dichas botellas desde el puente que cruza el río.

La acción fue realizada en cooperación con la asociación de reciclaje de Renaico. Se trata de un grupo de mujeres, quienes recolectan botellas plásticas y otros objetos para su reciclaje. En la playa de Renaico es usual encontrar este tipo de botellas que los turistas no depositan en la basura.

Lamentablemente esta basura siempre termina en el  río. Los mensajes y las botellas permanecieron durante un día colgando, luego fueron retirados. 

Imagen y edición: Miguel Rozas – Fotografía: Pablo Ocqueteau. Música: «Memorias»  Autor: Weychan feat RIGO,  Letra: Mauricio Gutierrez,  Pista: Rodrigo Prado – 2016

 

 

Una Ola

Una Ola

acción colectiva por el río

Aproximadamente 100 niñas y niños de los colegios La Nobel Gabriela, del Liceo Agrícola Manzanares y del Colegio Los Nogales se reunieron a la orilla del río para realizar una ola como la que realizan asistentes a eventos deportivos. Se trató de una acción metafórica para que subiera el caudal a su estado natural.

Imagen y edición: Miguel Rozas – Fotografía: Pablo Ocqueteau  – 2016

 

Textos de dos niñas  acerca de la acción «Una Ola»

Fotografías Antiguas

Fotografías Antiguas

 

Para la inauguración del Museo se presentaron 10 fotografías antiguas donadas por diferentes vecinas y vecinos. Una gran donación fue entregada por la Biblioteca Municipal de Renaico y por la Familia Morales Fernández.

La colección de fotos se ha ido ampliando con el tiempo, ya que hay mucho interés de parte de la comunidad de apreciar y recordar cómo era el río Renaico antiguamente y por quienes era visitado. Agradecemos a la plataforma Facebook Retrorecuerdos de Renaico, quienes nos han cedido varias imágenes. 

Arte de niñas y niños

Arte de niñas y niños

El Colectivo Social Salvemos el río Renaico realiza talleres medioambientales para niños y niñas, en estos talleres los pequeños son incentivados a dibujar la flora y fauna del río y los problemas ecológicos que lo afectan. Presentamos algunos de estos dibujos que fueron especialmente realizados para la colección del Museo. 

Poemas

Mi abuelo

por Hans Ross S. 

En ese tiempo cruzábamos el río en bote, nos llamaban «balseros», ganábamos buenas lucas, traíamos de allá arriba buena madera, hijo. El río era correntoso, no como ahora, que no trae na. Con eso tu mamita pudo estudiar y tener ropita, no era mucho pero pucha que servía. La gente nos esperaba por allá en la orilla, donde vivía tu tío antes, y nos encargaba leña, aunque nosotros hacíamos de todo. Ser balseros era como ir a pescar. Mi viejito nos enseñó de todo, siempre nos decía: «Si no saben lo básico, cómo esperan sobrevivir». Muy sabio mi viejo.

Nacer y Morir

por Hans Ross S. 

Naces, en la cordillera de Pemehue, bajas bordeando el Motrulo, hasta encontrarte con el diablo, forman uno solo y avanzan por Malleco, visitas al amargo y lo invitas a pasear, te haces cada vez más y más grande, saludas a Mulchén, Collipulli y Renaico. Para en este último, besar al Vergara, y dejar la Araucanía para jamas volver, depositando tu confianza en el Bio Bio y que este te lleve al paraíso, a aquel anhelo que tienes desde nacimiento, en donde todo es azul, y la nada misma se pierde en el horizonte, solo hay sol, donde solo existe mar.

Río Renaico

por Darwin Osorio

Hijo de Pemehue, nieto de los Andes.
Tolhuaca te despide
de recorrido y trayecto
pasando por pueblos y personas que
ofrendan tu curso.
Vergara te recibe fraterno, festivo,
y de la mano y escoltado
el Bio Bio
te lleva al mar
a descansar y resucitar
en el nombre del agua.

Los hermanos de Wallmapu,
de origen y descendencia
te llamaron Rigaico:
agua de pozo o que hace pozos.
Las comunidades originarias,
examinaron tu naturaleza
de mitos y leyendas
esparcidas en racimos de voces.
El tiempo precipitó
y tu nombre fue otro;
aquel que cabalgo errante
sobre aquellos que pactaron
comunión,
pero tu alma siguió incólume, intacta
como tus primeros
y últimos años venideros:
rebosante de días,
imperecedera, comprometida,
unida al imperio del sol,
donde los vientos se juntan a conversar
de espigas fugaces, arreboles etéreos,
colibries sublimes,
bandurrias sagradas
y nubes embarazadas.

Estirpe ancestral
entre Biobio y Araucanía.
Guerrero tempestuoso, metalico.
Torrente fluvial
labrador de corrientes y riberas
remanso de multitudes
desembarco
y ocaso de amores,
de atardeceres abandonados
en medio de la soledad
recóndita y ensimismada.
Las lluvias que to abrigan
recorren las hebras de tus arterias
limpiando heridas y cicatrices
que el tiempo ha socavado
y las personas no han de curar.

Tu historia,
es el campo abierto
sus fronteras abundantes
y sus pobladores
que tomaron tus venas
donde germino la semilla de sed
y agua derramada,
hasta poblar el silencio
de lenguajes, metaforas y reuniones.

Tu historia,
es la inocente
y blanca infancia
de niñas y niños
que jugaron en tu regazo
con la promesa de ser adultos,
mientras tus brazos
cobijaron sus sueños, escaleras y esperanzas.

Tu historia,
tu largos años pasados
presentes y distantes
fueron mujeres y hombres
libres del tiempo consumado
como tu espíritu salvaje,
indómito e inmortal
que persiste
en las entrañas de tu sima.

Tus puentes,
cómplices y testigos,
vigilan tu caudal y eternidad,
como faroles recostados
que anuncian la llegada
de veraneantes y comitivas.
A veces los trenes
y los autos más seguidos,
atraviesan tu morada y territorio,
autorizados por hecho,
mientras los giravientos,
mudos y telescópicos,
contemplan tu geohidrografía
y tus dominios perpetuos.

Los árboles y su casta,
aves, peces, pájaros
y animales,
conocen tu idioma
transparente, sonoro
diáfano y eléctrico,
cuando transitas, viajas o caminas
de un lugar a otro
a quien sabe dónde
sin paradero y estación alguna,
entregando tus dones
encomendados al aire y el vacío.

Llevas la cruz
de aquellos que
duermen sobre tu lecho,
sin aviso, cegados por el destino,
acompañando tus noches
cuando la soledad embarga
y tu retiro se desprende
de la luz apagada.

Te conocí sin latidos
sin pasos y memoria adentro:
aun de huellas ninguna.
Imposible revertir la ausencia
de fragmentos y recuerdos.

Lejano y distante, mi voz
se fue haciendo espacio
entre tus dominios vitales
antes de nadar en tu estancia,
hasta que mi voz te Ramo Renaico.
De silencio tímido y asustado de asombro
te hable de sueños azules
tierras fértiles, campos floridos
promesas grises y pupilas enamoradas
como el niño que impulsa
su primer amor anudado.
Sin nombres y direcciones
jugaste a ser amigo y confidente.
Te mostré mis anclas varadas
y las alabanzas desnudas
empeñado en recoger tus virtudes y proezas
como un aprendiz de filosofía
que emprende el viaje y retorno.
Te visite hipnotizado y sonámbulo
guiado por los árboles y sus copas.
De día, de tarde y de noche
alumbraste mi alma y sus constelaciones
en un pacto estelar y migratorio,
y, aquella tarde desesperada,
cuando el amor se había ido,
me escribiste
el primer verso con forma de mujer
y el poema terminó sumergido
en un rincón de tus aposentos
mientras mi llanto volvía a tu caudal
aferrado a tu cintura.

Aprendí tu lenguaje de árboles y pájaros
que danzan y bailan contemplando
el místico recorrido de tu cuerpo
hecho plenitud,
y no hallé todo, nada o una mancha ciega
que pueda borrar todos estos años
la luz y el espejo de tu historia
de aquellos que vinieron
a encontrarse así mismos.

 

 

Muralismo

Murales en Renaico

por Hans Ross

Los murales en la comuna de Renaico nacen con la finalidad de cubrir aquellas murallas manchadas por el desgaste de los años o rayadas con letras o formas sin sentido, además de embellecer y fomentar el libre desplazamiento por nuestro pueblo. Gracias a ellos, podemos disfrutar de una caminata alegre y colorida en donde se pueden observar y disfrutar distintos tipos de arte e ilustraciones. El enfoque es el mismo en la mayor parte de estas pinturas en los muros: rescatar la historia del pueblo desde sus inicios, la de presentar la flora y fauna presentes en Renaico y sus alrededores, promover el cuidado, resguardo y respeto por el medio ambiente y nuestro territorio; plasmar también la identidad de quienes habitamos este lugar.

Las diversas galerías de arte al aire libre que se encuentran en Renaico han sido realizadas por diversas individualidades como también organizaciones. Entre ellas destacan el Colectivo Artehaga, artistas y muralistas de la ciudad de Concepción, como también Pablo Antay, muralista de la ciudad de Angol; Nicolás (Sark Pewün) desde Concepción, Gabriela Vivart, quien fuese la encargada de darle vida al “Museo al aire libre” en Renaico bajo la dirección e idea de la periodista y gestora cultural Lorena Pedreros, procedente de esta localidad. El “Museo al aire libre” potencia la flora, fauna e historia de nuestra comuna. También hemos de destacar a Roberto Flores (Ñanku pintor) de la ciudad de Los Ángeles, y a Cristian Gutiérrez, artista y pintor oriundo de Renaico, al igual que Jorge Zerené, también renaiquino.

Son muchas y muchos más las y los artistas que colaboran en la ardua tarea de crear espacios de restauración y educación en las murallas de Renaico que, mediante la pintura y los colores, intentan reflejar distintas realidades, enseñando y fomentando un buen vivir; entregando mensajes diversos para un futuro mejor.